Los glúteos están conformados por tres conjuntos musculares (glúteo medio, glúteo bajo y glúteo alto), los cuales son los encargados de permitir que se genere movilidad en la zona media y baja del cuerpo. Sin embargo, hay casos en los que se puede presentar una sensación de debilidad en esa área, lo cual no permite o dificulta que se lleven a cabo movimientos y acciones que forman parte de nuestro día a día.
A pesar de que el glúteo es una de las zonas musculares más potentes que posee el cuerpo, debido a su tamaño y conformación, es posible que se sufran algunas afecciones de salud a pesar de que sientas que no estás haciendo nada que pueda parecer perjudicial para tu salud. Por esa razón, a continuación, te mostraremos qué puede generar incomodidades y debilidad en tu músculo trasero.
DEBILIDAD EN LA REGIÓN GLÚTEA
La debilidad en la región glútea se debe principalmente a la inexistencia de estimulación muscular que puede tener la zona. Uno de los pensamientos más recurrentes es que el simple hecho de caminar un poco puede ayudar a que esta área se active, pero la verdad es que al pasar caminar los glúteos se pueden mantener inactivos, sobre todo si se realiza actividades físicas con mucha moderación.
Pasar muchas horas conduciendo, estar sentado en el trabajo o pasar aproximadamente 1 hora caminando pueden ser motivos suficientes para que no haya la correcta activación de los glúteos y comiencen a generar afecciones físicas en la parte baja de la espalda, las piernas o en la zona lumbar.
3 zonas de mi cuerpo que la debilidad glútea afecta
Las consecuencias que generalmente tiene la inactividad física en los glúteos tienen que ver con dolencias e incomodidades en 3 zonas particulares: la lumbar, las rodillas y las caderas.
Al no entrenar los glúteos hay otras estructuras musculares que se activan para sustituir su función, haciendo que estas se sobre-exijan para que el cuerpo funcione correctamente, siendo los músculos lumbares, cuádriceps y los isquiosurales los que se ven más afectados. Asimismo, también existe la posibilidad de que se generen dolores en el nervio ciático y que se tenga cierto nivel de inestabilidad en el CORE, aumentando así la probabilidad de que exista medianamente el riesgo a sufrir hernias discales.
Sin embargo, con un entrenamiento constante es posible evitar todas las afecciones que te mencionamos anteriormente, razón por la que puedes entrar en contacto con nosotros y te asesoraremos de la mano con los mejores entrenadores, para que así sigas construyendo la mejor versión de ti.
Recordemos que los glúteos poseen dentro de sus funciones la responsabilidad de ayudar a que el cuerpo realice extensión de cadera y rotación del CORE, por lo que hacer ejercicios que impliquen llevar la pierna a la parte trasera del cuerpo es suficientemente apropiado para ejercitarlos. Asimismo, también ayudan los ejercicios que tengan que ver con flexiones de rodilla y extensión de cadera, ya que de esa manera el glúteo se activa y puede hacer su trabajo efectivamente.
En ese orden de ideas, hay ejercicios como las sentadillas y el peso muerto que también pueden llegar a activar el músculo en un segundo plano, puesto que exigen que previamente el músculo esté funcional para poder hacer el efecto deseado. Por su parte, los ejercicios como las zancadas, las sentadillas de una pierna o las conocidas subidas a banco permiten que se activen las áreas conformadas por el glúteo mayor y el glúteo medio, los cuales buscan que la cadera se estabilice.
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